“¡Eh! ¿Pero por qué me pegas?”. Con los ojos llorosos, fue lo único que atinó a decir el intendente Domingo Amaya ayer al mediodía, durante un acto en Amaicha del Valle, luego de recibir una trompada en la nariz por parte de Oscar González, un albañil del lugar. Quienes acompañaban al jefe municipal relatan el hecho con sorpresa y preocupación. El hombre de 60 años se le acercó en silencio al intendente y, sin mediar palabras, le propinó el inesperado golpe en la cara.
Una supuesta relación entre la agresión y la interna política que el amayismo viene sosteniendo desde hace meses con el alperovichismo fue el primer comentario -aunque de manera extra oficial- que surgió desde el círculo íntimo de Amaya. Al punto tal que, segundos después de que ocurriera el incidente, fue la propia Pachamana quien a los gritos relacionaba la golpiza con la tensa relación que existe entre el gobernador José Alperovich y el intendente. “¡A este lo mandaron, a este lo mandaron!”, repetía sin cesar la representante 2014 de la Madre Tierra, Felisa Balderrama.
Sin embargo, desde el Departamento Ejecutivo fueron muy cautos a la hora de atribuirle un móvil político a la agresión. A través de un comunicado, Amaya expresó: “la agresión inesperada y traicionera que sufrí por parte de un desconocido en el pueblo de Amaicha del Valle no hace más que reafirmar mi convicción de seguir al frente de la lucha en contra de todos los flagelos que padecemos los tucumanos”. Trascartón, el intendente capitalino condenó la violencia sufrida, pero sin hacer alusiones personales o políticas. “La violencia es la única posibilidad de los que no tienen razón, ni argumentos y, además, han perdido la vergüenza. Los peronistas hemos sufrido todo tipo de persecuciones y muchas formas de violencia. La nuestra siempre fue una lucha en contra de los privilegios de unos pocos”, sostuvo Amaya. Y agregó: “la agresión busca atemorizar, pero lo que en verdad hace es revelar el miedo que tienen los que agreden. A esa agresión le respondemos con mayor fuerza, para que la esperanza que tantos tucumanos me demuestran en cada recorrida se vea fortalecida por nuestra convicción de lucha. ¡En esa lucha estamos comprometidos y no nos van a detener!”, se defendió.
Quienes presenciaron de cerca la agresión cuentan que Amaya recibió el inesperado golpe porque pensó que Gómez se había acercado para saludarlo. Después de la trompada, el albañil fue detenido por la Policía. Hasta anoche, el jornalero continuaba demorado en la comisaría de Amaicha del Valle.
Los representantes de los pueblos originarios de Amaicha del Valle también repudiaron el hecho mediante un comunicado. “La comunidad Indígena de Amaicha del Valle repudia la cobarde agresión de la que fue víctima el compañero Domingo Amaya mientras lo escuchábamos atentamente más de 200 compañeros. Esta agresión contra un compañero que visitaba nuestra tierra es una agresión contra toda nuestra comunidad, contra nuestra cultura y contra nuestra forma de vida. La agresión no tiene nunca una justificación, pero en este caso mucho menos porque fue gratuita y aislada. El compañero Amaya fue agredido por una persona ajena a nuestra comunidad”, expresaron Eduardo Alfredo Nieva (cacique de la comunidad) y Felisa Balderrama (Pachamama 2014).
Minutos antes de los incidentes, Amaya participaba de un almuerzo, invitado como padrino por la comunidad indígena de la XV Fiesta del Vino Patero y la Mistela. Durante la mañana había visitado la “Bodega Comunitaria”, un emprendimiento de la comunidad vallista que abrirá sus puertas antes de fin de año. También había asistido a un desfile de gauchos de la zona y de Monteros.
En el marco de su campaña política, Amaya decidió -desde hace unos meses- recorrer el interior de la provincia junto a funcionarios y concejales capitalinos. Durante esas visitas, el jefe municipal traslada el quirófano móvil del Cenara.